¿Quieres divorciarte? Bien, tomar la decisión es el primer paso para recuperar la felicidad.
¿Tu pareja no lo sabe? Vaya… tal vez tendrías que decírselo, ¿no? Es posible que se dé cuenta de que tramas algo.
¿No sabes cómo, no te atreves, nunca encuentras el momento, prefieres morir en un rincón antes que arriesgarte a plantear un tema tan trascendente?
Vale, lo entiendo, no todos somos valientes. Quizás es mejor hacer que sea tu pareja quien decida que ya está hasta los huevos (o hasta los ovarios) y corte por lo sano.
Si quieres seguir esta senda, aquí tienes 12 15 ¡21! técnicas infalibles para que la hinchazón (de huevos u ovarios) llegue a límites intolerables. Así podrás divorciarte sin tener que plantear el tema – tu pareja (o mejor dicho, tu víctima) lo hará por ti.
Estas técnicas comparten varias ventajas:
- No son ilegales, ni se basan en hacen daño a terceras personas (especialmente a los hijos).
- Son perfectamente creíbles, tu pareja no sospechará que lo estás forzando.
- Usar una de estas técnicas hace que la convivencia se vuelva incómoda; dos, muy molesta; y tres a la vez, la vuelve intolerable – divorcio seguro.
Pero también tienen desventajas:
- Pueden ser muy desagradables, y no sólo para tu pareja – úsalas con precaución.
- Pueden crearte una reputación muy mala, que pagues más tarde.
- Y fácilmente pueden crear un mal rollo tan grande y tan malo, que luego sea imposible un divorcio de mutuo acuerdo (un divorcio exprés) y tengas que terminar con un divorcio contencioso, mucho más largo, caro y desagradable. Tú sabrás si compensa no tener que dar la cara.
Te aviso, no va a ser fácil. Todos tenemos una gran resistencia al cambio, las cosas se tienen que poner muy difíciles antes de decidir cambiar de vida – tanto para ti como para tu pareja. Antes de empezar, repasa esta lista para asegurar que realmente la relación es terminal. Si no lo es, intenta recupararla.
Y ya, con todos ustedes, sin más preámbulos… ¡laaas técnicaaas!
1. La técnica de la mofeta
Deja de lavarte. No te duches. No te cambies. Y méate encima.
Eso sí, intenta mantenerlo en el ámbito familiar. Si vas a trabajar con el meo encima, más vale que tengas un buen contrato.
2. La técnica discusiva
Discute. Por todo. Aunque no tengas ganas. Aunque en el fondo estés de acuerdo. Y no le des nunca la razón.
Pon creatividad. Mira cómo lo hacen los políticos, que nunca dan la razón al contrario ni que la tenga (que tampoco). Busca la manera de criticar todo lo que haga.
Puedes inspirarte en este artículo para añadir profundidad a tus discusiones.
3. La del reloj
Llega siempre tarde. Muy tarde. A todas partes. Que sienta mucha vergüenza.
Si tu pareja es poco flexible, pocas cosas le molestarán más que la constante imprevisión, no poder cumplir con los compromisos más simples, depender de alguien que no es fiable.
4. Tus suegros son tus aliados
Sé muy borde con sus padres. Y habla mal de ellos. Siempre que tengas ocasión.
Ellos te harán el trabajo: estarán royéndole la oreja cada vez que se vean, y lo mejor es que tu pareja no te podrá defender (porque tendrán toda la razón, ya te habrás asegurado de ello).
Recuerda: tus suegros son tus aliados en esto. Todos queréis el divorcio.
5. La infalible técnica de tortura de privación del sueño
Cuando te levantes y todavía duerma, haz mucho, mucho ruido. No dejes que tenga un sueño tranquilo. Que no se pueda relajar. Que despierte con una alarma nuclear clavada en el oído.
Hazlo un día. Y el siguiente. Y al otro. Y al otro siguiente. Y al siguiente otro… Y luego un par de días más.
6. La técnica por excelencia: «hoy no, cariño, tengo jaqueca»
Acostúmbrate a tener jaqueca. Nada de sexo (de verdad, aguántate).
¿Para qué va a tolerar todas tus gilipolleces, si ni siquiera puede tener su dosis mensual de sexo?
Eso sí, durante el día dale alguna indicación de que hoy sí, hoy quizás tendrá suerte… Que se haga ilusiones. Y luego, la jaqueca.
7. La técnica del grillo feroz
Critica todo lo que haga. Sé desagradable, irrazonable, borde. Critica más, con más frecuencia, más fuerte. Que no tenga un momento de descanso.
8. La de Carpanta
Arrasa con todo lo que haya en la nevera. Especialmente lo que le guste más. Que no lo encuentre jamás.
¿Que hay una comida familiar? Mete el dedo en el pastel y cómete la nata. Que se vea que ha pasado un dedo pecador.
¿Una cena con amigos? Zámpate el paté, prueba los dados de queso, abre el vino.
9. La romántica
Hazle creer que tienes un amante (aunque no lo tengas, eso queda a tu discreción y oportunidad). Haz cara de ser feliz, aún conviviendo con tu pareja. Pon caras bobas, como las que ponías cuando tu pareja era todo tu mundo. Habla por Whatsapp constantemente. Ríe en cualquier momento.
Cuando vuelvas la atención a tu pareja, pon la cara de palo habitual. Que se note el contraste.
10. La técnica del «vivo, luego ensucio»
Olvídate de cerrar la tapa del water. Y también de tirar de la cadena. Y déjalo todo bien sucio.
Atención: tu pareja debe tener una tolerancia baja a la suciedad. Si la tiene alta (como tú), podéis entrar en una competición «a ver quién ensucia más» – un paraíso para las cucarachas, pero que puede llegar a ser bastante asqueroso.
Es decir, usa esta técnica sólo si va a funcionar. Si no es seguro, mejor no te arriesgues.
11. La técnica viajera
Apura la reserva del coche, hasta que se termine a medio camino. Mejor si es en viaje de vacaciones (ida o vuelta, a escoger).
12. La técnica «economía caótica»
Olvídate de pagar algún recibo importante. Que llamen, que responda a la llamada, y que pase vergüenza.
13. La técnica del taladro
Quéjate. Constantemente. De todo. De manera repetitiva, insistente. Que no tenga ni un momento de paz.
Tienes multitud de temas: política, deportes, el trabajo (¡bendito trabajo!), sus padres, los tuyos, el super que nunca tiene lo que quieres, el vecino capullo, el capullo del alcalde, el guardia que te puso una multa… No dejes nunca de quejarte.
14. La de la buena conciencia
Recuérdale constantemente lo que tiene que hacer. Y cómo debe hacerlo. Hasta el más mínimo detalle. Cada vez.
Luego, vuelve a empezar.
15. La técnica cooperativa
No vayas jamás a las reuniones del cole. Ni de la escalera. Ni al médico, farmacia. No pongas lavadoras. No hagas nada por la familia. Absolutamente nada.
16. La del (des)cuidador
Si se encuentra mal, quítale importancia, siempre se está quejando. No te preocupes, está bien, realmente no necesita cuidados.
Bueno, si la mancha de sangre se extiende mucho por el suelo, quizás sí que deberías hacer algo… Pero tampoco es seguro, siempre se queja por nada.
17. La de la (in)atención activa
Demuestra la más profunda indiferencia por todo lo que le pase. Lo que diga. Lo que piense.
De ahora en adelanta tienes la piel recubierta de teflón selectivo: todo lo que venga de tu pareja te resbala.
18. Esta es la técnica política
Afilíate al partido político que más odie. Y habla mucho de política. Organiza reuniones en casa. ¡Proactividad y concienciación a tope!
19. La del «no te oigo»
No le cojas el teléfono. No respondas a sus whatsapps. Que sepa que no vas a responder, que pasas de todo, que te da igual.
20. «También es mi dinero, ¿no?»
Gasta dinero necesario en cosas superfluas. Cuanto más tontas, mejor.
21. La vida es cambio
Cámbiale siempre los planes, y siempre a última hora. Que no tenga ni un instante de seguridad.