A ver cómo te lo cuento: si las tías no quieren salir contigo, no es porque no tengas un Porsche ni te salgan los músculos de la camisa ni los billetes de la cartera. Es porque eres pesado, aburrido, sin sustancia, más soso que una babosa congelada.
Charly, eres mi mejor amigo, pero de verdad que si quieres que sigamos saliendo juntos a perseguir chatis, te tienes que espabilar.
Tienes que aprender a generar química cuando hablas con una chica.
Como dijo Clinton a Bush, aquello de “It’s the economy, stupid” – pues lo mismo. Lo importante es la química.
Suerte que me tienes a mí para enseñarte. No es por nada, pero mi dilatada experiencia (3 meses de citas antes de encontrar a mi media naranja – ¡ahí es poco!) me califica de sobras para darte lecciones. De ex-pringado a pringado, con todo el cariño.
Spoiler: olvídate del factor fulana y todas esas chorradas, no sirven para nada.
1. Practica, que nadie nace enseñado
Lo malo que tiene aprender a ligar es que la vas a cagar a fondo, muchas veces; vas a hacer el ridículo más espantoso, se van a reir de ti, y lo van a compartir en sus redes sociales.
Pero como contrapartida hay 3 cosas buenas:
- Todo se puede aprender y practicar, irás mejorando de manera constante.
- Gracias a las apps de citas, tienes infinidad de oportunidades de quedar con chicas y aprender – no te dé miedo, no existe una mala cita: o es buena, o aprendes para la próxima.
- Cuando seas muy, pero que muy bueno, las que se han reido de ti serán las más envidiosas X-D
2. No tengas prisa
Cuando eres un pringado total y consigues que una chica te haga algo de caso, te parecerá que te ha tocado la lotería y querrás asegurar que todo sea perfecto. Y la cagarás.
Métete esto en la cabeza, Charly:
- Aunque te enamores hasta el tuétano de la primera chica que conozcas, no es tu media naranja (no tienes tanta suerte) – espera, ve mundo y aprende.
- Enamorarte ciegamente a los dos minutos de conocer una chica no es romántico – da miedo.
- Cuanto más practiques y aprendas, podrás tener mejores citas, conocer a mujeres mejores (en el sentido de ser más compatibles contigo), y tendrás más claro lo que quieres.
Es decir, no vayas a la próxima cita esperando conocer a la mujer de tus sueños. Ve esperando tener una gran velada, conocer a una persona super interesante, aprender y disfrutar. Y sí, puedes tener suerte y que sea Ella – pero no lo esperes, eso es mucha chiripa.
3. ¡Arréglate, hombre!
Sí, Charly, sí, esa ropa de cuando eras soltero está pasada de moda (¿hombreras, de verdad?), te queda pequeña, y hasta se la han comido las polillas. ¡Y tira ya esos gayumbos, por dios, que todavía son los que te compró tu ex!
No hace falta que vayas como un pimpollo, pero arréglate un poco: zapatos o zapatillas limpios y sin agujeros, pantalones enteros, camisa o camiseta limpia, un trapo para las gafas. Tira todos los papeles de caramelitos del coche, recoge todo eso que hay por el suelo (¿eso es vómito? ¡por favor!), echa ambientador…
Unas gotas de colonia ya son de premio – pero no te pases, no hace falta que te sigan todos los perros del barrio.
Y por si acaso tienes suerte y te llevas una chati al huerto, que el ojete y el ciruelo estén bien limpios. Que ya no estamos en la Edad Media, hombre.
4. Aprende a conversar
Este es uno de los puntos en los que puedes practicar más: la conversación.
Primero, deja de responder sólo con monosílabos – me refiero a “sí”, “no”, o “no sé” (aunque ese no es estrictamente un monosílabo).
Sigue esta regla: cuando te hagan una pregunta:
- Piensa bien la respuesta, no vayas a decir ninguna tontería.
- Da una respuesta que tenga una cierta extensión – una o dos frases están bien. Es mejor si es interesante, pero tampoco hay que pedir peras al olmo (ya hace mucho que nos conocemos) – con un par de frases está bien.
Cuando termines, no lo dejes así, plantea el siguiente tema, dale pie a continuar la conversación. Tienes 4 opciones, según de dónde venga la pregunta:
- Termina con la misma pregunta – ¿qué piensa ella de lo mismo?
- Haz una pregunta nueva, posiblemente relacionada pero distinta.
- Explica alguna cosa nueva, relacionada con lo que acabas de responder, y termina con una pregunta.
- O, si ves que quiere decir algo, termina tu frase y espera.
El caso es que siempre, después de cualquier cosa que digas, le des pie a continuar hablando. Ella ya decidirá si aprovecha ese pie o se busca otro.
El silencio es tu enemigo. Igual que hablar tú sin parar, o esperar que ella hable sin parar. Lo ideal es un intercambio fluido, cediendo la palabra y sin pisarse.
Acerca de los temas, busca siempre cosas positivas: gustos y pasiones.
Concretamente, no hables de (más que un par de frases):
- El trabajo
- Tu ex
- Cosas que no soportas
- Lo mal que te tratan las demás mujeres
- Lo mal que te trata el mundo en general
- Que eres un pringado total (ya se dará cuenta)
Como decía, esto es algo que puedes aprender: practica, practica, y practica más. Habla con todo el mundo que puedas: con la secre, con el taxista, el portero, la camarera que te trae el café, el señor que te pide la hora, la vecina que pasea al perro, el perro, la cajera del super, tu jefe (pero no te hagas el chistoso con ese)… Intenta intercambiar un par de frases, sonríe, y verás qué bien responden.
5. Mirala a los ojos, fijamente
Mirar a una mujer a los ojos es una señal clarísima de interés – y puede hacer que le provoque el mismo interés. A ver, si ves que alguien se fija en ti, ¿qué haces tú? Fijarte también, ¿no? Pues eso.
La mirada es un indicador inconsciente de interés clarísimo. Si la miras fijamente le estás diciendo que te interesa mucho y que tienes confianza.
En cambio, si no la miras directamente, estás diciendo:
- Que no te interesa, te estás aburriendo con ella.
- Que no tienes confianza en ti mismo y no eres capaz de aguantarle la mirada.
No te interesa ninguna de las dos opciones – mírala directamente, aguanta la mirada durante varios segundos antes de apartarla por un momento, y vuelve enseguida a mirarla.
¡Y mírala a los ojos, por dios! ¡A los ojos! Deja el escote para más adelante.
6. Hazla reir
A ver, Charly, sé que este es un concepto difícil, pero tú puedes:
Eres una persona interesante, con sentido del humor, y puedes hacer reír a una chica.
Sí, tú. De verdad que puedes.
La risa es una de las actividades humanas más placenteras y genera una conexión inmediata entre las personas que ríen juntas.
Los hombres atractivos, fuertes, seguros de sí mismos están bien. Pero si la puedes hacer reír… Ah, amigo, ahí la has ganado.
Ahora, la pregunta evidente es, ¿cómo lo hago?
Chaval, si es que tengo que explicarlo todo…
La habilidad de hacer reír es algo que se puede aprender y practicar. Ahora no tengo referencias a mano (en algún momento las añadiré), pero aquí hay varios ejemplos:
- Aprende a contar chistes, y memoriza un repertorio.
- Da respuestas tontas a lo que ella diga – busca asociaciones ridículas, juegos de palabras, contradicciones…
- Afirma con total seriedad y rotundidad una solemne tontería, algo absurdo, y no le des pistas de que es una broma.
- Ríete de ella (con gracia), tómale el pelo.
- Busca a alguien que os caiga mal (a los dos) y ríete de él/ella sin piedad.
- Si quieres subir de nivel, haz un cursillo de improvisación, en Internet hay muchos buenos.
- Y sobre todo, practica, practica, y practica más.
7. Evita entrar en la friend zone
¿Sabes qué les gusta más a las mujeres que una buena pareja? Un buen amigo. En cuanto vean que te pueden tener como amigo, ¡la has cagado, chaval!
Eso es la friend zone – como un cementerio de elefantes, pero peor.
El caso es que es muy fácil caer ahí – basta con que seas muy respetuoso y no quieras ofenderla.
Chico, vas a tener que hacerlo, aún a riesgo de llevarte una sonora ostia.
Por si no queda lo bastante claro: los chicos malos se llevan a las tías buenas. Los chicos buenos se quedan en la friend zone.
Esto también se puede practicar, aunque es más difícil que la conversación o el humor.
La clave es que no te vea como un posible amigo – dejar muy claro que tus intenciones son románticas, no platónicas. Que te considere como a una posible pareja, no un amigo.
Concretamente, deberías conseguir dos cosas.
1. Tocarla físicamente
El contacto físico es un gran indicador de interés – no necesariamente romántico, pero sí interés. O lo que es lo mismo, la falta de contacto indica desinterés.
Pero es evidente que el contacto no es algo que salga por sí solo – algunas personas lo hacen con facilidad (a esos hombres se los conoce como “pulpos”), y otras no.
Para los que no tenemos esa facilidad no vale la pena intentar forzarlo – hay momentos en los que es más fácil:
- Un beso (sin lengua todavía) al principio y al final de la velada
- Tocarle un brazo durante ese beso de saludo
- Acompañarla con una mano en la espalda al cruzar una puerta, entrar en un ascensor o en unas escaleras
- Sacarla a bailar…
Si tienes una amiga o hermana con la que tengas confianza, sal con ella y practica.
2. Sexualizar la conversación
Los amigos no sexualizan con las amigas – por eso son sólo amigos.
Tienes que introducir el tema del sexo en la conversación: debe saber que eres una criatura sexual, que tienes un interés, y que tu interés en ella es sexual (entre otras cosas). Ella también quiere saber que no eres un merluzo asexuado.
Di cosas que te gustaría hacer, hazle un cumplido (o varios – y puedes exagerar), cuéntale una fantasía…
Deja que ella responda.
Pero no te pases: hay una diferencia entre mencionar el sexo y centrarte en él – lo que no quieres es que crea que sólo estás interesado en el sexo. Y menos, convertirte en un acosador.
8. Recuerda el propósito de la cita
El propósito es conocerla, que te conozca, y poder decidir si queréis volveros a ver. No hay que hacerlo todo el primer día. No será el fin del mundo si no funciona, si no es todo perfecto.
Lo importante es comprobar si hay química (y tú tienes que poner todo lo posible para que la haya), y saber que cumple con tus mínimos – y para ella es lo mismo.
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Venga, Charly, ánimo que tú puedes. No tienes por qué ser un pringado toda la vida, Seguro que hay una chica estupenda que está dispuesta a aguantarte – que sí, que existe, ya lo verás.
Cantamañanas insoportable que se cree el puto amo y va de guay. No te creas ni una palabra de lo que te diga – ni la mitad de la mitad es verdad, y sólo a medias. ¡Si hasta el nombre es una farsa!
No sé cómo lo aguantamos, de verdad. Si no fuera tan guapo…
Hola Love Hacker!
Me ha encantado lo que has escrito. Pero me gustaría explicar mi historia y hacer unas matizaciones.
Despues de tiempo de separarme, me apunté a una app de citas. Todas fueron mal, ni física, ni química ni matemáticas!!!
Entonces pensé que algo estaba fallando, y me di cuenta que era yo. Ni estaba preparada ni escogía bien a los candidatos. Así que despues de un tiempo prudencial, me volví a meter, estando ya con el corazón sanado y haciendo puesto muchos filtros de mis candidatos.
Y en una de ellas, creo que fue la tercera, surgió la química, la física y hasta la lengua!! Un auténtico flechazo que duró dos años! Aunque el destino nos separó por motivos laborales y distancia…
Por cierto, tan guapo eres? Lo digo porque sigo soltera… 😜
Amanda, cariño… ni te imaginas lo guapo que llego a ser, ni lo bueno que es que sigas soltera 🙂
Te escribo y quedamos para tomar unos vinos, y lo que salga…