Que quiénes somos, vaya pregunta… Pues somos dos amigos que nos hemos encontrado recientemente separados y divorciados, y hemos tenido ocasión de hablar mucho sobre el tema.
Esther (la del retrato) es abogada, especializada en divorcios y derecho de familia. Ha visto más casos de los que te puedas imaginas (incluyendo historias de terror muy… terroríficas). Siempre está dispuesta a dar un consejo a una persona que está llena de dudas, preguntándose si ha llegado el momento de separarse o debería intentarlo un poco más, y qué pasará con sus hijos, y qué futuro le espera… Una separación puede ser un proceso un proceso muy largo y doloroso, es importante que lo hagas con alguien que te entienda y te pueda guiar.
Xavier, en cambio, trabaja en Internet, es especialista en comercio electrónico y marketing online, y hace tiempo que quería hacer un proyecto como este. Le encantan los retos, especialmente si implican un tema sensible con el que se pueda ayudar a alguien.
El caso es que estábamos una noche trasegando cerveza como cosacos (imagino que los cosacos beben cerveza, si no no se entiende), hablando de lo dura que es la vida del separado, lo difícil que es todo, que debería haber algún sitio donde te explicaran las verdades de la vida… Y ¡zas! se nos apareció la idea del Club del Divorcio. Un sitio ameno y divertido, con información útil y fiable, donde las personas divorciadas (recientes, veteranos y futuros) encuentren algo de comprensión y calor humano.
La intención es crear un sitio fácil, útil, agradable, una zona segura donde poder hablar con tranquilidad, sin neuras ni trolls ni spam, un sitio y una comunidad que nos puedan ayudar a afrontar y superar este proceso tan difícil que puede ser una separación, y poder reconstruir nuestras vidas, cada cual a su propia manera.
Y aquí estamos, ahora mismo dando el pistoletazo de salida. Si estás leyendo esto, es que hemos llegado a arrancar. Y si lo estás leyendo más allá de 2019 es que ha sobrevivido al arranque. Todo un éxito 🙂
¡Ah! Por si tienes curiosidad, o alguna sospecha… No, no somos pareja. Amigos y residentes en Barcelona, eso sí. Y con muchas cervezas a la espalda 🙂
¡Barras y brivas!